Después de toda la mañana buscándola, Gabriel se sentó e intento recordar cuando había usado su lima por última vez. Había sido una semana antes y estaba especialmente nervioso, algo que solía ocurrirle ante personas como Pedro. Resultaba tan pedante en sus comentarios, tan estirado en su manera de expresarse y tan repipi en su manera de dar ordenes con un por favor delante, que no pudo evitar hacer uso de ella otra vez. Si había personas con quien era eficaz su lima era con las de este perfil, las conseguía depurar tanto que al final permanecían silenciosas y obedientes ante él.
La lima fue todo un descubrimiento para Gabriel desde que la usara por primera vez con Óscar, alguien con quien nunca imagino que debiera utilizarla. Hasta el día en que este se negó a salir con él a aquella fiesta. Siempre iban juntos y Óscar debía comprender que no pasaba nada por no estudiar para ese examen. Por lo que decidió desprenderle de eso que le hacía tan responsable y a la vez tan muermo. Desde entonces nunca más Oscar diría que no a una fiesta. Aunque tampoco volvería a decir que sí a hacer un examen, realizar un trabajo, tener un hijo o cualquier otra responsabilidad.
Y es que aquellos aspectos que Gabriel limaba, ya no tenían vuelta atrás. Aún recuerda como consiguió que sus padres dejaran de montarle el pollo cada vez que llegaba a casa a las tantas de la madrugada apestando a Dyc de garrafón. Hizo que fueran mucho más despreocupados con él, tanto que desde que se independizó era él quien tenía que llamarlos o ir a verlos para saber de ellos. Añoraba tanto que mamá le riñera por algo, aunque fuera por no salir lo suficientemente abrigado.
Con tantas chicas había conseguido vencer la desconfianza inicial gracias a la lima. Aunque aquellas noches de Don Juan no podían compensar lo de Paula. Todavía le dolía recordar como paso de ser esa chica tan perspicaz y atrevida que tanto le enamoró al conocerla, a alguien torpe y sin iniciativa. Y todo por aquella discusión, de la que ya no era capaz de recordar ni cómo había empezado.
Ahora se encontraba ahí sentado, percatándose de que nunca antes había pensado en la lima y en su significado hasta el momento en que la había perdido. Pensó en lo que significaba esa perdida. Se sintió aliviado.
DYC de garrafón! no me lo quiero ni imaginar!!! 100% resaca asegurada.
ResponderEliminar